Colombinas
Esta mañana en Londres, qué portento,
dos soles evaporan la neblina:
dos luces, cada cual con su retina,
disputan el cenit y el firmamento.
¿Qué causa este pavor y este contento?
¿Es presagio fatal, señal divina?
En el súbito caos, nadie atina
a dar ni a recibir razonamiento.
Pues ocurrió nomás que esta mañana
en Londres despertó, y abrió los ojos
ávidos, la paloma mexicana.
Su mirada, que Londres ilumina,
mira también, doliente, los despojos
de la Patria, impecable y diamantina.
dos soles evaporan la neblina:
dos luces, cada cual con su retina,
disputan el cenit y el firmamento.
¿Qué causa este pavor y este contento?
¿Es presagio fatal, señal divina?
En el súbito caos, nadie atina
a dar ni a recibir razonamiento.
Pues ocurrió nomás que esta mañana
en Londres despertó, y abrió los ojos
ávidos, la paloma mexicana.
Su mirada, que Londres ilumina,
mira también, doliente, los despojos
de la Patria, impecable y diamantina.
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